RIESGOS POR EXPOSICIÓN AL VAPOR AMBIENTAL

La posible toxicidad del vapor ambiental, respirado en forma voluntaria o involuntaria por quienes rodean a los vapeadores, es un asunto de mayor importancia en la evaluación del perfil de seguridad sanitaria del cigarro electrónico.  Ya existe un consenso general de que:

  • No hay evidencia alguna de daños a la salud a terceras personas por exposición, voluntaria o involuntaria, el vapor ambiental exhalado por usuarios del cigarro electrónico, incluso en personas delicadas o vulnerables. Esto lo señalan los informes del Colegio Real de Médicos del Reino Unido (Royal College of Physicians [1]) y de la Agencia de Salud de Inglaterra (Public Health England [2]). 
  • El vapor ambiental exhalado por los usuarios del cigarro electrónico es un aerosol sumamente diluido, ya que la inmensa mayoría de la masa del vapor inhalado es absorbida por el cuerpo de los usuarios. El cuerpo del vapeador absorbe el 99.999% de las “partículas” (micro-gotas líquidas) [3]  y más del 90% de los compuestos de la fase gaseosa [4]: el 94% de la nicotina, el 92% del propilén glicol, 86% de la glicerina y prácticamente el 100% de los demás compuestos generados por la descomposición de los saborizantes. 
  • Es un despropósito comparar al vapor ambiental con el humo de tabaco ambiental. La casi totalidad de contaminantes potencialmente tóxicos el humo de tabaco ambiental están ausentes en el  vapor ambiental, y los pocos que están presentes se detectan en concentraciones muchísmo menores (por varios órdenes de magnitud  [5] [6] [7] [8] [9] [10] [11]). 
  • Los niveles de contaminantes del vapor inhalado ya son mucho menores que los umbrales de seguridad (Treshold Limit Values) del Instituto Nacional de Seguridad y Salud Laboral (NIOSH) de los EEUU [12]. Como el vapor exhalado es mucho más diluido que el inhalado, esto implica que sus niveles de contaminantes deben ser muchísimo menores. Por lo tanto, es justificable considerar a los riesgos sanitarios por la exposición al vapor ambiental como comparables a los riesgos habituales que asumen las personas en espacios completamente libres de humo de tabaco. 
  • Es necesario distinguir entre una situación “normal” en la que una o dos personas estén vapeando en espacios interiores (casa, lugar de trabajo u oficina) y ambientes especiales en los que muchos vapeadores exhalan vapor al mismo tiempo, como por ejemplo en una Vape Expo o una tienda de cigarros electrónicos. Incluso en estos ambientes especiales los niveles de contaminantes son menores a los umbrales de seguridad laboral del NIOSH [13] y no hay evidencia de que el vapor exhalado sea causante de daños a la salud. 
  • Aunque no sea dañino a la salud, es necesario reglementar el uso del cigarro electrónico en espacios interiores, ya que el exceso de vapor exhalado puede ser molesto e irritante para muchas personas. La Agencia de Salud Pública de Inglaterra (Public Health England) y el Ministerio de Salud del Reino Unido recomiendan no prohibir automáticamente el vapeo en espacios interiores, emitiendo una serie de recomendaciones [14] para su reglamentación de modo que sirva como aliciente para que los fumadores adopten al cigarro electrónico en sustitución del cigarro de tabaco.

Es muy importante señalar las diferencias entre el vapor ambiental y el humo de tabaco ambiental.  Hay dos fuentes de contaminación por el humo del tabaco ambiental:  el humo “principal” directamente exhalado por el fumador, y el “lateral” o “transverso” (sidestream) que surge del cigarro encendido (incluso cuando no se fuma). El transverso contiene mayor concentración de compuestos tóxicos por fluir directamente de la combustión en la punta del cigarro a temperaturas cercanas a los 900 grados centígrados. El humo inhalado contiene altas concentraciones de oxidantes, radicales libres y partículas suspendidas, por lo que reacciona con los tejidos y órganos del fumador. El humo de tabaco ambiental principal es químicamente distinto, mas diluido y menos caliente que el humo inhalado debido a estas reacciones y a su paso por el organismo.

Por la ausencia de combustión, las propiedades físicas y la composición química del vapor ambiental del cigarro electrónico son radicalmente distintas  al las del humo de tabaco ambiental.  Al no ser producto de la combustión, el vapor ambiental carece de una fuente “transversal”, siendo producido solamente por el vapor “principal” que procede de la exhalación del vapeador (el cual absorbe la inmensa mayoría de la masa del aerosol).

Una vez exhalado, los pocos compuestos y las partículas (micro-gotas líquidas) que forman al vapor ambiental son muy volátiles, por lo que se evaporan rápidamente en el aire ambiente 11 [15] [16] [17] [18], sin adherirse a las paredes o superficies o a la ropa. Como contraste, el humo del tabaco ambiental contiene miles de compuestos que son semi-volátiles o no-volátiles, por lo que no se evaporan y se dispersan lentamente, decayendo por sedimentación y adhiriéndose a las superficies, paredes y a la ropa (de ahí el olor de los fumadores).

Como dato comparativo: la vida media (tiempo en el que se diluye a una fracción de aproximadamente 37%) del vapor ambiental es de 11 segundos, mientras que la del humo de tabaco ambiental es 20 minutos [19].  Tomando en cuenta que ya el vapor inhalado (voluntariamente) produce muy bajos niveles de exposición a componentes tóxicos (ver C5), la dilución del vapor ambiental (no solo en el tiempo, sino con la distancia al vapeador) implica que la exposición (involuntaria) a estos compuestos es mucho menor aún 16 17.

Tanto el humo del tabaco como el vapor del cigarro electrónico son aerosoles, por lo que ambos contienen números comparables de partículas suspendidas, en particular las llamadas partículas finas de menos de 2.5 micrones de diámetro (PM2.5).  Sin embargo, como ya hemos señalado, las partículas finas en ambos aerosoles son químicamente distintas: las del vapor son micro-gotas líquidas compuestas de propilén glicol, glicerina vegetal y humectantes, mientras que las del tabaco son “sólidas”, o sea agregados de compuestos orgánicos e inorgánicos producidos por la combustión, al igual que las partículas suspendidas de la contaminación del aire. Por lo tanto las PM2.5 del humo del tabaco son dañinas por su potencial de interactuar con tejidos internos, mientras que las del vapor son inocuas, ya que se disuelven y son exhaladas o excretadas.

La mayoría de los estudios sobre la química y toxicología del vapor ambiental remarcan los hechos señalados anteriormente: la exposición de personas en el entorno a residuos contaminantes es órdenes de magnitud menor en comparación con la exposición a estas sustancias en el humo del tabaco ambiental.  Como mostramos en la información más detallada más adelante (ver también este enlace, este enlace  y este enlace), ningún estudio ha detectado altos niveles de exposición a compuestos tóxicos en la fase gaseosa del vapor ambiental. La única advertencia de posible daño sanitario es sobre las “partículas”, con intención deshonesta de equipararlas con las partículas suspendidas de la contaminación ambiental o humo de tabaco (ejemplos de tales artículos alarmistas en estas referencias [20] [21]), pero como ya lo hemos señalado esta comparación es incorrecta: las “partículas” del vapor ambiental son micro-gotas líquidas que no causan daños a la salud, irrespectivamente de que estas se detecten en altas concentraciones comparables a las del humo de tabaco.

REFERENCIAS

[1] Nicotine without smoke: Tobacco harm reduction, A report by the Tobacco Advisory Group of the Royal College of Physicians RCP, 2016. http://www.rcplondon.ac.uk/projects/outputs/nicotine-without-smoke-tobacco-harm-reduction-0

[2] A McNeill, L S Brose, R Calder, L Bauld, D Robson. Evidence review of e-cigarettes and heated tobacco products 2018. A report commissioned by Public Health England. https://www.gov.uk/government/publications/e-cigarettes-and-heated-tobacco-products-evidence-review

 

[3] M Scungioa, L Stabile, G Buonanno, Measurements of electronic cigarette-generated particles for the evaluation of lung cancer risk of active and passive users. Journal of Aerosol Science Volume 115, January 2018, Pages 1-11, http://dx.doi.org/10.1016/j.jaerosci.2017.10.006

[4] G St. Helen, C Havel, D Dempsey, P Jacob, III, N L. Benowitz, Nicotine delivery, retention, and pharmacokinetics from various electronic cigarettes, Addiction. 2016 Mar; 111(3): 535–544, doi: 10.1111/add.13183

[5] A. A. Ruprecht, C. De Marco, A. Saffari, P. Pozzi, R. Mazza, C. Veronese,G. Angellotti, E. Munarini, A. C. Ogliari, D. Westerdahl, S. Hasheminassab, M. M. Shafer, J. J.Schauer, J. Repace, C. Sioutas & R. Boffi (2017) Environmental pollution and emission factors of electronic cigarettes, heat-not-burn tobacco products, and conventional cigarettes, Aerosol Science and Technology, 51:6, 674-684, DOI: 10.1080/02786826.2017.1300231

[6] J Liu, Q Liang, M J. Oldham, A A. Rostami, K A. Wagner, G Gillman, P Patel, R Savioz, M Sarkar. Determination of Selected Chemical Levels in Room Air and on Surfaces after the Use of Cartridge- and Tank-Based E-Vapor Products or Conventional Cigarettes. Int. J. Environ. Res. Public Health 2017, 14, 969; doi:10.3390/ijerph14090969

[7] McAuley TR, Hopke PK, Zhao J, Babaian S. Comparison of the effects of e-cigarette vapor and cigarette smoke on indoor air quality. Inhal Toxicol. 2012;24(12):850–857

[8] Romagna, G.; Zabarini, L.; Barbiero, L.; Bocchietto, E.; Todeschi, S.; Caravati, E.; Voster, D.; Farsalinos, K.  Characterization of chemicals released to the environment by electronic cigarettes use (ClearStream-AIR project): Is passive vaping a reality? Presented at the 14th Annual Meeting of the Society for Research on Nicotine and Tobacco, Helsinki, Finland, 31 August 2012

[9] G O’Connell, S Colard , X Cahours, J D. Pritchard 3, An Assessment of Indoor Air Quality before, during and after Unrestricted Use of E-Cigarettes in a Small Room, Int. J. Environ. Res. Public Health 2015, 12, 4889-4907; doi:10.3390/ijerph120504889

[10] Gerald A. Long. Comparison of Select Analytes in Exhaled Aerosol from E-Cigarettes with Exhaled Smoke from a Conventional Cigarette and Exhaled Breaths Int J Environ Res Public Health. 2014 Nov; 11(11): 11177–11191. doi: 10.3390/ijerph111111177

[11] E Marco and J. O. Grimalt (2015). “A rapid method for the chromatographic analysis of volatile organic compounds in exhaled breath of tobacco cigarette and electronic cigarette smokers”. Journal of Chromatography A, 1410, 51-59

[12] I Burstyn, “Peering through the mist: systematic review of what the chemistry of contaminants in electronic cigarettes tells us about health risks”, BMC Public Health 2014 14 18. http://bmcpublichealth.biomedcentral.com/articles/10.1186/1471-2458-14-18

[13] Zwack L, Stefaniak A, LeBouf R. Evaluation of chemical exposures at a vape shop: U.S. Department of Health and Human Services, Centers for Disease Control and Prevention, National Institute for Occupational Safety and Health; 2017. https://www.cdc.gov/niosh/hhe/reports/pdfs/2015-0107-3279.pdf

[14] Los guías y recomendaciones de PHE sobre el uso del cigarro electrónico en espacios interiores pueden ser consultados en el sitio web de información del gobierno británico (enlace). Concretamente, PHE recomienda a las autoridades, los administradores, los responsables y propietarios de centros de trabajo y otros lugares públicos, concertar sin intervención directa del gobierno una reglamentación práctica basada en los siguientes 5 puntos (enlace)

[15]  Tongke Zhao, C Nguyen, Che-Hsuan Lin, H R. Middlekauff, K Peters, R Moheimani, Qiuju Guo & Yifang Zhu (2017) Characteristics of secondhand electronic cigarette aerosols from active human use, Aerosol Science and Technology, 51:12, 1368-1376,DOI: 10.1080/02786826.2017.1355548

[16] B J. Ingebrethsen, S K. Cole, S L. Alderman, Electronic cigarette aerosol particle size distribution measurements, Inhalation Toxicology International Forum for Respiratory Research Volume 24, 2012 – Issue 14, https://doi.org/10.3109/08958378.2012.744781

[17] Czogala, J., Goniewicz, M. L., Fidelus, B., Zielinska-Danch, W., Travers, M. J., and Sobczak, A. (2014). Secondhand Exposure to Vapors from Electronic Cigarettes. Nicotine & Tobacco Research, 16:655–662

[18] D Martuzevicius, T Prasauskas, A Setyan, G O’Connell, X Cahours, R Julien, S Colard,  Characterization of the Spatial and Temporal Dispersion Differences Between Exhaled E-Cigarette Mist and Cigarette Smoke, Nicotine & Tobacco Research, 2018, 1–7 doi:10.1093/ntr/nty121

[19] Bertholon JF, Becquemin MH, Roy M, et al. Comparison of the aerosol produced by electronic cigarettes with conventional cigarettes and the shisha. Rev Mal Respir. 2013;30(9):752–757

[20] Chen, R., A. Aherrera, C. Isicheye, P. Olmedo, S. Jarmul, J. E. Cohen, A. Navas-Acien, and A. M. Rule. 2017. Assessment of indoor air quality at an electronic cigarette (vaping) convention. Journal of Exposure Science and Environmental Epidemiology

[21] Logue JM, Sleiman M, Montesinos VN, Russell ML, Litter MI, Benowitz NL, et al. Emissions from electronic cigarettes: Assessing vapers’ intake of toxic compounds, secondhand exposures, and the associated health impacts. Environ Sci Tech. 2017;51(16):9271-9