¿Produce el vapeo tumores y cambios del ADN?

LOS HECHOS

Hay muchos estudios que alegan graves daños por el vapeo (muerte celular, tumores, cambios en el ADN, mutagénesis, etc). Prácticamente todos estos estudios han sido llevados a cabo en cultivos celulares (citotóxicos in vitro) o en modelos animales (típicamente ratones y ratas). Estos estudios deben ser vistos con mucho escepticismo: la aparición de tumores en estos cultivos o en el aparato respiratorio de ratones no predice (mucho menos “demuestra”) en forma automática la aparición de dichos tumores en seres humanos.

LA DESINFORMACIÓN

Los estudios que muestran daños por exposición de cultivos celulares o ratones al vapor son los favoritos de la prensa amarillista

Es importante apreciar los resultados de cultivos celulares o en modelos de réplica en animales en su debido contexto: son resultados que proporcionan pistas potencialmente útiles para guiar futura investigación en estudios clínicos y epidemiológicos en seres humanos. El escepticismo se fundamenta en evidencia conocida sobre discrepancias importantes entre resultados de la investigación basada en ratones y efectos clínicos observables en humanos:

ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

Un estudio in vitro examina células aisladas (en un plato de Petri), por lo que no puede incorporar los mecanismos de defensa de un organismo vivo. La única forma en que estos estudios tengan un valor objetivo es si comparan los efectos de la exposición de las células al vapor del cigarro electrónico con los efectos de exposición al humo de tabaco. A la fecha todos los estudios comparativos muestran daños significativamente superiores por exposición al humo de tabaco.

Las limitantes del uso de modelos animales (ratones) no solo se deben a las diferencias biológicas entre ratones (25 gramos) y humanos, sino (sobre todo) surgen también porque los modelos animales carecen de un protocolo funcional que traduzca las dosis de exposición de los ratones al vapor a las dosis de exposición de seres humanos usando cigarros electrónicos. Por otra parte, muchas cepas de ratones de laboratorio han sido genéticamente modificados para desarrollar tumores.

En particular, con respecto a la predicción o cura del cáncer humano en base a modelos animales, el Dr Terry Van Dyke PhD, director of the National Cancer Institute’s Center for Advanced Preclinical Research, declaró que (ver enlace)

 

Muchos de los experimentos que los medios noticiarios presentan como grandes avances resultan haber sido realizados en ratones. Sin embargo, la proporción de resultados o tratamientos exitosos en la investigación sobre el cáncer en humanos es apenas el 5%, ya que el cáncer en ratones no refleja en forma precisa el cáncer en humanos”.

 

El siguiente estudio proporciona una información más detallada y precisa sobre el uso de modelos animales en la evaluación sanitaria del cigarro electrónico:

 

  • J B Morjaria, E Mondati and R Polosa. “E-cigarettes in patients with COPD: current perspectives”. International Journal of COPD, 2017:12:3203-3210. Enlace Acceso Libre

La evidencia positiva de sondeos del mundo real y estudios clínicos de pacientes con Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) que sustentan los beneficios de salud respiratoria del CE (ver mas adelante), está en marcado contraste con los resultados preocupantes reportados en modelos pre-clínicos (ie cultivos de células y modelos sustitutos animales).

Por ejemplo, en el estudio de García-Arcos et al [91] la exposición prolongada a glicerol inhalado con nicotina, o PG, estimuló en ratones A/J el desarrollo de efectos tipo EPOC, tales como expresión citóquina, híper-reactividad de vías respiratorias y destrucción de tejido pulmonar. Los autores sugieren que la exposición crónica a nicotina de e-líquido vaporizado puede suscitar elementos de EPOC/enfisema. Sin embargo, los ratones A/J son susceptibles a desarrollas elementos de enfisema pulmonar y EPOC [92-94], en particular si son expuestos a concentraciones tóxicas de nicotina (las cuales no guardan relación alguna con el consumo humano).


Esto puede ser explicado, por ejemplo, si se considera que una persona promedio, de 60 kg de peso, absorbe al fumar un cigarro 1 mg de nicotina, que es equivalente a 0.017 mg/kg (nicotina por peso corporal). Entonces, si esta persona fuma 25 cigarros diarios (consumo promedio), los niveles totales de nicotina son 0.425 mg/kg (0.017 X 25). En el estudio usando ratones A/J, los roedores fueron expuestos a 0.4 ml de e-líquido a una concentración de nicotina de 18 mg/ml, que es equivalente a 7.2 mg. Si suponemos que los ratones absorbieron el 10% de la nicotina (el escenario mas benigno), esto sería 0.72 mg de nicotina por kg (calculado con el peso humano), que es casi el doble del consumo humano por kg. Si se toma en cuanta que un ratón pesa 25 gm, la dosis diaria de exposición a la nicotina de los ratones de ese estudio fue > 80 veces la exposición a la nicotina de un fumador humano que fuma 25 cigarros diarios. Esto no es otra cosa que intoxicar a los ratones con nicotina.


También, es importante mencionar que los primeros estudios basados en animales han reportado resultados que son conflictivos entre si; especialmente en casos en que ratones de diferente cepa no han replicado los resultados de los cambios de tipo EPOC por exposición a la nicotina. En otro estudio usando ratones A/J, se mostró que inyecciones intraperitonéas de nicotina a dosis bajas produjeron un crecimiento similar de espacio aéreo en los pulmones [95]. Esto implicaría que los ratones A/J podrían tener una predisposición inherente a desarrollar cambios enfisematosos cuando son sujetos a estímulos nocivos.


Es evidente que, debido a las serias deficiencias metodológicas y falta de estandarización en muchos de estos estudios, no es posible obtener conclusiones claras de estudios basados en modelos animales sustitutos. El atender errores comunes y desarrollar recomendaciones metodológicas robustas es una prioridad urgente para evaluar adecuadamente el impacto en la salud humana del uso del CE.

 

Referencias de fuentes citadas

 

  1. Garcia-Arcos I, Geraghty P, Baumlin N, et al. “Chronic electronic cigarette exposure in mice induces features of COPD in a nicotine-dependent manner“. Thorax. 2016;71(12):1119–1129. Enlace

 

  1. Radder JE, Gregory AD, Leme AS, et al. “Variable susceptibility to cigarette smoke-induced emphysema in 34 inbred strains of mice implicates Abi3bp in emphysema susceptibility“. Am J Respir Cell Mol Biol. 2017;57(3):367–375. Enlace

 

  1. Yao H, Edirisinghe I, Rajendrasozhan S, et al. “Cigarette smoke-mediated inflammatory and oxidative responses are strain-dependent in mice“. Am J Physiol Lung Cell Mol Physiol. 2008;294(6):L1174–L1186. Enlace

 

  1. Gordon T, Bosland M. “Strain-dependent differences in susceptibility to lung cancer in inbred mice exposed to mainstream cigarette smoke“. Cancer Lett. 2009;275(2):213–220. Enlace

 

  1. Iskandar AR, Liu C, Smith DE, et al. beta-cryptoxanthin restores nicotine-reduced lung SIRT1 to normal levels and inhibits nicotine-promoted lung tumorigenesis and emphysema in A/J mice. Cancer Prev Res (Phila). 2013;6(4):309–320. Enlace

 

CONCLUSIÓN

Las fuentes desinformación emiten afirmaciones sumamente especulativas e infundadas al asociar al uso humano del cigarro electrónico con tumores en base a experimentos de laboratorio con ratones. Es aún más especulativo e infundado asociar un peligro de tumores pulmonares por respirar el aerosol ambiental (prohibición en sitios públicos) en base a experimentos basados en ratones.