Respuestas puntuales a la desinformación en artículos publicados y declaraciones

Contra la Desinformación

Pro-Vapeo México, al igual que otros expertos, desmienten la desinformación diseminada irresponsablemente por autoridades y actores en contra del vapeo.

DESINFORMACIÓN Y RESPUESTAS

DESINFORMACIÓN:

SEPAR:

Postura de la SEPAR sobre los cigarrillos electrónicos

RESPUESTA:

Respuesta de Pro-Vapeo México A.C. ante la desinformación brindada por la SEPAR

DESINFORMACIÓN:

Postura del INSP: Reynales-Shigematsu LM, Barrientos-Gutiérez I, Zavala-Arciniega L, Arillo-Santillán E. Nuevos productos de tabaco, una amenaza para el control de tabaco y la salud pública en México. Salud Publica Mex. 2018;60:598-604.

http://saludpublica.mx/index.php/spm/article/view/9682

RESPUESTA:

Carta al editor de Polosa/Farsalinos Response to “New tobacco products, a threat for tobacco control and public health of Mexico”. Salud Publica Mex. 2019 Jul-Ago;61(4):552-553. doi: 10.21149/10128

https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/31430091

RESPUESTA:

Comentario en el blog de Farsalinos (en español)

http://www.ecigarette-research.org/research/images/Respuesta%20a%20INSP%20v2b.pdf

DESINFORMACIÓN:

CONADIC:

Información técnica sobre los Sistemas Electrónicos de Administración de Nicotina (SEAN) y Similares Sin Nicotina (SSSN) popularmente conocidos como “cigarros electrónicos” o “vapers”

https://www.gob.mx/salud/conadic/documentos/cigarrillos-electronicos?idiom=es

RESPUESTA:

Respuesta de Pro-Vapeo México A.C. ante la desinformación brindada por la CONADIC

DESINFORMACIÓN:

Dra Guadalupe Ponciano Rodríguez

En La Ciencia que Somos: Cigarros Electrónicos causan neumonía

http://ciencia.unam.mx/contenido/video/209/en-la-ciencia-que-somos-cigarros-electronicos-causan-neumonia

RESPUESTA:

Respuesta de Pro-Vapeo México A.C. ante la desinformación brindada por la Dra Guadalupe Ponciano Rodríguez

DESINFORMACIÓN:

RESPIRATORY IMPACT OF ELECTRONIC CIGARETTES AND “LOW-RISK” TOBACCO

Ireri Thirión-Romero, Rogelio Pérez-Padilla, Gustavo Zabert, Inti Barrientos-Gutiérrez

Enlaces:

https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/30810544

http://clinicalandtranslationalinvestigation.com/frame_esp.php?id=199

Formato PDF:

RESPUESTA:

Respuesta de Pro-Vapeo México A.C. ante el artículo:

Formato PDF de respuesta completa:

RESUMEN:

Thirion-Romero et al presentan una reseña de la evidencia sobre varios aspectos relacionados al uso y al impacto a la salud de los cigarrillos electrónicos (CE). Desafortunadamente, los autores no aciertan a presentar una reseña objetiva y balanceada. Su reseña sigue la línea de argumentación expresada por reseñas similares de otros neumólogos y por artículos de posicionamiento de sociedades respiratorias, los cuales solo citan y comentan en forma acrítica a estudios que reportan una letanía de efectos adversos, a menudo exagerados o tomados fuera de contexto, mientras que ignoran fuentes que reportan benéficos o al menos no rechazan del todo el potencial benéfico del CE. Thirion-Romero et al (siguiendo la tónica de las sociedades respiratorias) invocan a una interpretación extremista del Principio de Precaución, según la cual el uso de los CE solo puede ser recomendado a los fumadores después de haber llevado a cabo una investigación extensa que haya demostrado que los dispositivos son completamente seguros a largo plazo (lo que bien podría requerir décadas de investigación). Thirion-Romero et al desechan sumariamente con base en argumentos débiles y frívolos la estimación de la Agencia de Salud Pública de Inglaterra (Public Health England, PHE) sobre una reducción de riesgo de 95% a fumadores que sustituyen el fumar cigarrillos de tabaco por el uso del CE, estimación que ha sido refrendada por informes más recientes de PHE, por el Colegio Real de Médicos (Royal College of Physicians) y por las autoridades sanitarias del Reino Unido. Aunque los autores reconocen (a regañadientes) que los aerosoles generados por el CE son menos tóxicos que el humo de tabaco, no reconocen (ni siquiera consideran posible) el beneficio potencial que este hecho puede aportar a fumadores que podrían seguir consumiendo nicotina a través de un medio de entrega que, sin ser inócuo, les representa una ganacia de salud, al menos a corto y mediano plazo. Si la postura de los autores se transforma en política de salud pública, su rechazo a siquiera considerar el beneficio potencial de esta reducción de daños necesariamente restringiría las opciones dsponibles a millones de fumadores para los cuales lograr la abstinencia es difícil. Como consecuencia no deseada muchos de estos fumadores seguirán fumando.