Hay pocas sustancias que han sido tan difamadas como la nicotina. Rios de desinformación corren en la prensa sobre su adictividad (asumida como aún mayor que la adictividad a la heroína).  Por su asociación con el cigarro,  es muy común enterarse  (incluso por boca de médicos) que es cancerígena.  Sin embargo, como hemos mostrado en detalle en la sección dedicada a sus riesgos sanitarios y su potencial adictivo, la nicotina ha sido ampliamente estudiada. Si estas afirmaciones sobre riesgos extremos tuvieran sustento, ya estarían ampliamente documentadas.

A pesar de que el consumo de nicotina se suele asociar a fumar cigarros, hay toda una tradición de siglos de consumo de múltiples variedades de nicotina por vía oral sin humo ni combustión mediante, sobre todo en los EEUU y en los países escandinavos, especialemente el snus en Suecia. Los cigarros electrónicos, y mas recientemente los productos HnB (heat not burn), se agregan al uso tradicional del tabaco oral como nuevas tecnologías que también suministran nicotina sin mediar el humo, a través de la inhalación de aerosoles producidos sin combustión.

Si bien, la nicotina no es una sustancia inofensiva y existen dosis (que varían en diversas especies de mamíferos) en las que puede ser letal, una vez disociada del humo del tabaco no hay evidencia de daños graves por su consumo.  Salvo algunas formas de tabaco oral en el el subcontienente indio (el bhiddi) que pueden ser altamente tóxicas,  el consumo de nicotina mediante estos productos representa una pequeña fracción del riesgo de inhalar el humo del tabaco. En particular,  existe evidencia epidemiológica sólida que confirma plenamente que el riesgo a la salud por consumo de nicotina a través del snus sueco  (ver discusión al respecto). Aunque el cigarro electrónico y (sobre todo) los productos HnB son relativamente novedosos, ya hay suficiente evidencia sobre su uso a corto y (para el cigarro electrónico) mediano plazo que sugiere que también representan una disminución significativa de riesgos sanitarios con repecto al cigarro de tabaco.

Respecto a la adicción, entendida en términos de dependencia, hemos resumido y reseñado fuentes expertas que señalan como ésta depende del medio con la cual es suministrada al organismo. Su suministro  a través del cigarro de tabaco  puede causar una enorma dependencia en fumadores, pero esto no sucede cuando lo es a través de los productos farmacéuticos o del cigarro electrónico (ver discusión al respecto).

Como es difícil negar u ocultar la evidencia sobre los riesgos a la salud por el consumo de nicotina disociada del humo del tabaco,  los extremistas en las burocracias del control de tabaco ahora se oponen también al consumo de la nicotina misma en cualquiera de sus formas, incluso en aquellas que presentan riesgos significativamente menores a la salud.  A esta oposición, que es de corte político e ideológico, le es muy conveniente diseminar desinformación sobre la misma nicotina.

En esta sección ofrecemos una crítica a varias afirmaciones alarmantes sobre efectos sanitarios adversos de la nicotina.

Sobre el desarrollo cerebral de adolescentes.

Un informe de la OMS fechado en agosto de 2016 y el informe del Cirujano General de los EUA 2017 afirman que el consumo de nicotina debido al uso de cigarros electrónicos es nocivo para el desarrollo cerebral en menores de edad. Estas afirmaciones fueron atendidas en el artículo:

R. Polosa et al, “A critique of the US Surgeon General’s conclusions regarding e-cigarette use among youth and young adults in the USA”. Harm Reduction Journal 14:61 (2017) [Fuente]

que señala que la evidencia disponible que podría ser causa de preocupación ha sido obtenida, ya sea de experimentos con animales o en nicotina suministrada por humo de tabaco, por lo que no se justifica atribuir estos posibles daños a nicotina suministrada por el aerosol del cigarro electrónico.

Sobre enfermedades cardiovasculares en base a estudios en cultivos de células.

El siguiente texto es del Dr Carl V Philips (fuente) (*)

(*) El Dr Philips otorgó permiso traducir este artículo, mas solicita se mencione que no supervisó ni revisó la traducción.

Usted probablemente nunca ha oído hablar del Profesor Chi Min Hai, de la Universidad de Brown. El Profesor Hai ha realizado una investigación toxicológica muy útil sobre el porqué fumar causa aterosclerosis. En realidad, no es bien entendido por qué el fumar causa algunas enfermedades cardiovasculares, y ello podría explicar cómo hacer que fumar sea menos dañino. Lo que Hai descubrió en su particular experimento (cuyos detalles no son importantes), es que el humo del cigarrillo, el humo sin nicotina y la nicotina sola, todos causaron daño al tejido vascular.

Sin embargo, ¿hay alguna razón para creer que el uso de nicotina, sin fumar, causa enfermedades cardíacas en cualquier grado de importancia? El trabajo de Hai sobre tejidos de células son experimentos completamente artificiales que solo tienen implicaciones en el mundo real si la evidencia clínica y epidemiológica llega a mostrar que tales enfermedades ocurren en sujetos humanos. No obstante, este no es exactamente el mensaje de que Hai y la Universidad de Brown están comunicando agresivamente a la prensa. Ellos afirman a ocho columnas que su trabajo basado en cultivos de células prueba la peligrosidad de la nicotina en los cigarros electrónicos. Y, por supuesto, el innumerable ejercito de la prensa de salud está comprando toda la mentira (ejemplo, Jen Christensen, CNN) e informa que esto es evidencia de que los cigarros electrónicos causan enfermedades del corazón.

Ese periodista lo cita diciendo:

“En mi opinión, si tomar nicotina durante un tiempo corto puede llevar a un cese total del tabaquismo, incluido el cigarro electrónico mismo, entonces será beneficioso tomar nicotina durante un corto período de tiempo como un medio para dejar de fumar”, agregó. “Sin embargo, nuestros datos sugieren que el consumo a largo plazo de nicotina por fumar cigarros electrónicos es probable que aumente el riesgo de desarrollar aterosclerosis al estimular una invasión de las células de músculo liso vascular”.

La razón por la cual esa afirmación es absurda es que ya sabemos que el uso de nicotina no causa un riesgo apreciable de enfermedad cardíaca. Tenemos una amplia epidemiología sobre el consumo de tabaco sin humo que no ha demostrado un riesgo apreciable. La epidemiología (la evidencia sobre lo que está sucediendo con personas reales en el mundo real) prevalece sobre la toxicología (la búsqueda, en condiciones artificiales de laboratorio, de fenómenos que podrían ocurrir en el mundo real, pero que generalmente no lo hacen).

A veces es tentador decir que todos los toxicólogos mienten cada vez que publican conclusiones sobre resultados de salud reales, aunque esto sería demasiado fuerte. Pero en el caso que nos ocupa no hay duda que es una de las desinformaciones clásicas de toxicólogos, que dice algo así: “Hemos descubierto el porqué de que la exposición E causa la enfermedad D, aunque ya sabemos que E aparentemente no causa D. Por lo tanto, esta E causa esta D. ”

De acuerdo, un pequeño riesgo de enfermedad cardiovascular por la nicotina estaría completamente enterrado en la confusión, por lo que no podemos descartarlo totalmente. De hecho, esa es la razón por la que la sabiduría convencional considera a los cigarros electrónicos un 99% menos dañinos que fumar. La razón para ese 1% restante no se debe a ninguna evidencia afirmativa de riesgo, sino a ser conservador sobre el riesgo de enfermedad cardiovascular de la nicotina que puede existir, pero que es demasiado bajo para ser medido.

Por lo tanto, no sería equivocado ofrecer una interpretación de estos datos de toxicología en términos como “si bien sabemos que la nicotina sin humo causa muy poco riesgo de enfermedad cardíaca, esta evidencia sugiere que podría no ser cero”. Incluso eso sería una interpretación excesiva de la toxicología; cualquiera, si lo desea, puede en un laboratorio dañar un tejido con cualquier químico que no sea completamente inerte. Pero al menos no habría sido una completa exageración de la toxicología.

Sobre cáncer en base a estudios en células y en ratones.

El siguiente texto es del Dr Konstantinos Farsalinos respondiendo a un alegato sobre la nicotina y el cáncer  (fuente).

El Profesor Stanton Glantz, de la Universidad de California en San Francisco afirmó en su blog profesional que: “La nicotina podría no ser un carcinógeno primario, pero tiene efectos carcinogénicos y muy probablemente promueve cánceres a través de efectos angiogénicos (promueve el crecimiento de conductos sanguíneos en tumores)”, citando las siguientes referencias

  • Grando SA. “Connections of nicotine to cancer”. Nature Reviews Cancer 2014: 14: 419–429. doi:10.1038/nrc3725 Published online 15 May 2014.
  • Zhu BQ, Heeschen C, Sievers RE, Karliner JS, Parmley WW, Glantz SA, Cooke JP.  “Second hand smoke stimulates tumor angiogenesis and growth”. Cancer Cell 2003 Sep;4(3):191-6.

lo cual el Dr Farsalinos reponde:

Este argumento (así como el de las fuentes citadas) está basado únicamente en estudios de laboratorio en cultivos de células y/o en ratones. Típicamente encuentran desarrollo de varios tipos de cánceres, pero en el estudio citado (Grando et al) los niveles de nicotina fueron tan elevados que la mitad de los ratones murieron por sobredosis de nicotina (“En una ‘prueba de concepto’ inicial inyectamos en forma subcutánea a ratones A/J la dosis letal al 50% de los animales de prueba (LD50), 3 mg por kg cinco veces por semana durante 24 meses, logrando una dosis promedio de 2.1 mg por kg por día. Esta es una dosis aproximadamente igual la consumida por un usuario escandinavo de snus”, fuente).

Es obvio que estos estudios son completamente irrelevantes en la práctica clínica real. No hay estudios clínicos que hayan mostrado incidencia elevada de cáncer debida al consumo de nicotina. Incluso, si se llega a dar algún estudio semejante en el futuro, los riesgos esperados de cáncer serían mucho menores que los de fumar cigarros. Es necesario remarcar que la nicotina no está clasificada oficialmente como una sustancia carcinogénica (IARC Agencia Internacional de Investigación en Cáncer). Es por esa razón que autoridades como la MHRA (Medicines and Healthcare products Regulatory Agency) alientan el consumo a largo plazo de la nicotina como parte de la estrategia para reducir o eliminar el consumo de cigarros. La evidencia epidemiológica muestra que, salvo un muy leve aumento del riesgo de cáncer pancreático, no hay potencial carcinogénico por el insumo de nicotina a través del uso habitual y prolongado del tabaco sin humo, incluyendo al snus en Suecia, ver Harm Reduct J 2013;10:36; Farsalinos & Polosa. Safety evaluation and risk assessment of electronic cigarettes as tobacco cigarette substitutes: a systematic review. Ther Adv Drug Safety 2014;5:67-86).

Sobre la nicotina sin humo y/o farmacéutica durante el embarazo.

Se sabe que el cigarro de tabaco por mujeres embarazadas puede provocar múltiples problemas sanitarios a los fetos y neonatos. Sin embargo, esto no implica que la nicotina, en si misma sin el humo del tabaco, sea responsable de estos problemas. El siguiente estudio proporciona una reseña de lo que se sabe sobre las consecuencias fetales y neonatales de la exposición a la nicotina farmacéutica (Terapias de Reemplazo de Nicotina) de sus madres:

  • J. Bruin, H. Gerstein and A. Holloway, “Long term Consequences of Fetal and Neonatal Nicotine Exposure”. A Critical Review”. Toxicological Sciences 116(2), 364-374 (2010)

Los riesgos sanitarios del uso de NRT (productos farmacéuticas de administración de nicotina) durante el embarazo ha sido evaluado en un número limitado de estudios en ensayos con humanos, mas no hay hasta la fecha información sobre los efectos a largo plazo de la exposición a la nicotina en humanos en desarrollo. Sin embargo, estudios en animales sugieren que la nicotina en si misma podría ser un elemento clave responsable de muchos efectos de largo plazo en los efectos sobre los neonatos debido al tabaquismo de las madres.

Evidencia empírica indirecta

Además de las estudios sobre dependencia de la nicotina en vapeadores que hemos reseñado y de la evidencia empírico (ver estadísticas) de que el vapeo adolescente en los EEUU y Reino Unido es predominantemente sin nicotina (siendo que los chicos pueden vapear con nicotina si lo desean), hay otras evidencias empíricas indirectas que sugieren que la dependencia de la nicotina es menor entre vapeadores que entre fumadores.

Un hecho frecuentemente reportado es que quienes adoptan el cigarro electrónico en sustitución del de tabaco inician vapeando líquidos con altas concentraciones de nicotina (18-24 mg/ml), pero gradualmente disminuyen esta concentración, incluso una alta proporción terminando en el uso de líquidos sin nicotina. Esta es una muestra empírica de que la dependencia de la nicotina es menor entre vapeadores que entre fumadores. Esto puede ser constatado en estudios demográficos, por ejemplo:

K Adriaens, D Van Gucht and F Baeyens, “Differences between Dual Users and Switchers Center around Vaping Behavior and Its Experiences Rather than Beliefs and Attitudes”. Int J Environ Res Public Health. 2017 Dec 23;15(1). pii: E12. doi: 10.3390/ijerph15010012. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/29295483

Resultado:  En una muestra de vapeadores de uso diario (99%), 55% vapeo exclusivo y 45% usuarios duales, después de 12 meses de observación:

3% vapeaban con altas concentración de nicotina (17-24 mg/ml); 23% a 6-16 mg/ml; 63% a 4-8 mg/ml; 11% sin nicotina. El 27% deseaba mantener la misma concentración, el 32% bajar la concentración y el 41% llegar a cero nicotina. Patrones similares de concentración de nicotina han sido reportados en otros estudios.

Dependencia y adicción a cambio de mejorar la salud

Incluso aceptando que la adicción a la nicotina persiste en los vapeadores, el siguiente artículo plantea la reflexión de que esta adicción no debe verse como algo negativo cuando es balanceada por el hecho de que el cigarro electrónico contribuye a alejar a los “adictos” del uso del cigarro:

S. Cox and S. Jakes, “Nicotine and e-cigarettes: Rethinking addiction in the context of reduced harm”. International Journal of Drug Policy, 44:84-85 (2017). Enlace. Acceso Libre

Conclusión:

La abstinencia de fumar, continua y a largo plazo, es notablemente difícil de lograr. El placer y la dependencia continua son a menudo vistas como componentes negativos de la adicción, pero el el caso de los cigarros electrónicos son precisamente estos factores los que mantienen al usuario apegado a la sustancia menos dañina del fumar (la nicotina). Cuando esto se contrasta con con los cigarros letales, ¿no es acaso tiempo de reconsiderar las circunstancias en las que la adicción, en sis misma, es problemática?